Enseñar hoy el Área de Comunicación (antes Lenguaje) en la educación Inicial, primaria y secundaria (EBR) es y será una tarea trascendente, pero que debe orientarse a contribuir a la adquisición, dominio y manejo de las habilidades comunicativas básicas y usuales en la vida humana: hablar – escuchar; leer-comprender y escribir. Por lo tanto, los maestros tenemos la responsabilidad de promover en el aula, no solo la enseñanza exclusiva del conocimiento de los aspectos morfológicos y sintácticos de la lengua, sino más bien, priorizar el dominio pragmático de los usos verbales que el ser humano hace a diario como hablante, oyente, lector y escritor de la diversidad de textos con naturaleza e intención distinta.
Estos cambios y exigencias para los maestros de hoy es un reto. Es que con el traspaso de la segunda revolución a la tercera revolución educativa desde los años 80, la enseñanza posee un carácter inclusivo y obligatorio; de ahí que los estudiantes necesiten un saber gramatical, pero sobre todo un saber práctico de la lingüística, que les permita usar bien su lenguaje oral y escrito. Entonces, para los maestros, esta tarea implica no solo contar con una formación lingüística (con enfoque estructuralista), si no conocer y utilizar otros enfoques lingüísticos (pragmáticos, lingüística del texto, semiótica), enfoques pedagógicos, modernas metodologías y estrategias didácticas apropiadas y así actuar como mediador y guía en el proceso de elaboración de textos orales y escritos que hacen los alumnos. Es decir, hacer que los alumnos hablen de manera fluida y adecuada, escriban con corrección, coherencia y cohesión y que aprecien mostrando a pego la expresión literaria y que a través de ella se logre lectores críticos.
Por su pertinencia de los planteamientos anteriores, cabe precisar, que hoy el aprendizaje de la lengua siempre deberá ser significativo, funcional, tener sentido y su utilidad trascender más allá de las aulas. En efecto, que la enseñanza de la lengua les sirva al estudiante en su vida personal y social; para ello deberán aprenderlo de manera competente porque al ser utilizado en diversos contextos, el idioma tendrá un valor social, podrá servir de instrumento de comunicación y convivencia; o también de herramienta de emancipación de la manipulación, la opresión y la discriminación.
En conclusión, lograr una conciencia lingüística sobre el valor de la lengua (idioma) y sus usos en la sociedad actual, es esencial. (Ver más en: http://comunicacionagp.blogspot.com/)